Las personas aman a sus mascotas y las consideran parte de la familia. De hecho, la mayoria los hogares estadounidenses incluyen por lo menos un gato o un perro, lo que significa que tener un hogar donde se admitan mascotas es esencial para la mayoría de los estadounidenses.
Sin embargo, desafortunadamente, no existen suficientes viviendas de alquiler que acepten mascotas. Los datos de las admisiones en los albergues para animales muestran que los problemas relacionados con las viviendas son la segunda razón más común por la que las familias llevan a sus mascotas a los albergues, incluso más que por razones financieras.
Las viviendas que realmente aceptan mascotas pueden ser difíciles de encontrar.
De acuerdo con Zillow, el 46% de las familias que alquilan en los Estados Unidos tienen mascotas, y un 22% de las mudanzas se deben a las mascotas.
Sin embargo, las viviendas de alquiler y aquellas subsidiadas por el gobierno pueden dificultar tener una mascota. Incluso las propiedades que “aceptan mascotas” a menudo tienen límites con respecto al peso de la mascota o restricciones sobre razas. Las familias pueden verse forzadas a elegir entre conseguir un lugar donde vivir o quedarse con las mascotas de la familia.
¿Por qué necesitamos viviendas económicas y que admitan mascotas?
Cada día, más de 1,000 gatos y perros son sacrificados en los albergues de los Estados Unidos solo por no tener un lugar seguro al que puedan llamar hogar. Las políticas que incluyen a las mascotas que evitan que estas sean separadas de sus familias ayudarán a cambiar esa situación.
Las políticas sobre viviendas que aceptan mascotas benefician a los proveedores de viviendas.
Más del 90% de los proveedores de viviendas y los residentes están de acuerdo en que las mascotas son una parte importante de las familias.
La mayoría de los proveedores de viviendas dicen que las viviendas disponibles que aceptan mascotas pueden ocuparse más rápidamente que aquellas que no permiten mascotas y además ayudan a incrementar la lista de solicitantes de esas unidades desocupadas. Además, los residentes de unidades que aceptan mascotas se quedan mucho más tiempo que quienes viven en unidades que no aceptan mascotas.